A
Manuel Casquero Durán.
Viste tu cuerpo de romero.
Puebla tu cama de mirto y de
retama.
Borra la sombra con tus dedos,
que perfila la angustia que te
arrastra.
Plasma en los cristales
las huellas de tus manos,
que te esperan en la mar
legiones de caballos.
No temas ventisca ni borrasca
que la aurora marchó del valle
a la montaña.
¡ Quiebra el alféizar de la
noche,
qué el aire vuela
y el deseo sale a beber
de los escondidos manantiales
!
¡Ablenta las viejas canas !
¡ Sepulta los olores
ancestrales
de conventos !
Sólo bajo el sol se respira
la profunda primavera.
Ildefonso Gómez Sánchez.
Del poemario "Noviembre" (2004) (c)
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