3 de noviembre de 2010

IN MEMORIAM

                                            

                            Palabras de cieno torturan la memoria,
                            frágil en su lecho de agua.
                            Hombres de ojos grises
sin pudor y con mirada firme,
desafían  a los hijos desheredados 
de tierra, de pan y de justicia.


Memoria tenaz y oculta,
forjada por ese amor
de tierra y silencio,
que va reconstruyendo voluntades
a pesar de tantos años de miedo.

Seres, hoy sin nombre,
que volverán al presente,
como cántaros rotos,
esperando de ese hueco,
en el corazón y la memoria que
siempre tuvieron y que siempre
notaron la ausencia del abrazo.

El pasado se pierde, se archiva
                                                  o se abandona
cuando en la conciencia se sonroja la vergüenza.
Mi conciencia clama por aquellos
que se quedaron sin voz,
antes que la luz aventara la tierra de humores.

En la memoria habita todo aquello,
                                                         que no se olvida:
el oprobio, la injusticia y el crimen.
El rencor no tiene cabida en la memoria,
se fue con la sal de las lágrimas.

Miles de nombres dejaron de ser pronunciados,
pero sus rostros no fueron desdibujados por el miedo.
Hombres de niebla pretenden aún tapiar la memoria
con los cristales rotos de una larga noche de invierno.

Por fin el silencio sucumbe.

                            Se atenúan las sombras por un sol consciente,
                            que es patrimonio de todos los hombres.
Rayos de luz clarifican la vieja memoria,
encienden las miradas e inflaman corazones,
sabiendo que no hay lugar para el desengaño.

Ya no que queda desengaño en cada fosa,
                                              en cada tapia,
sólo queda poner nombre a aquellos
que  en el olvido fueron sepultados.

                             

                               Ildefonso Gómez Sánchez .( noviembre 2010) (c)